El 9 de julio de 1902, Emil Fischer y Joseph von Mering solicitaron la patente del barbital, un compuesto derivado del ácido barbitúrico que fue el primer fármaco con propiedades sedantes e hipnóticas con buen índice terapéutico.
Desde ese entonces el uso de psicodélicos ha tenido una fuerte expansión en el mundo. En Uruguay, distintos investigadores realizan estudios sobre usos culturales, composición y potenciales medicinales de los psicodélicos desde disciplinas como: química, neurociencia, antropología y psicología. Uno de ellos es Ignacio Carrera, que nos acompañara en la próxima columna de Enlace Químico (UNI Radio 107,7), el lunes 11 de julio, a las 14:30 hs.
Ignacio pertenece al grupo de investigación denominado Síntesis Enantioselectiva de Compuestos Bioactivos (SECoBi) del Departamento de Química Orgánica (DQO) de la Facultad de Química y al Grupo Interdisciplinarios de Estudios sobre Sustancias Psicodélicas (Arché) asociado al Espacio Interdisciplinario de la UdelaR.
La investigación que realizan se divide en dos líneas de trabajo, la primera tiene como objetivo el desarrollo de pequeñas moléculas orgánicas que promuevan procesos de plasticidad en el tejido nervioso. Por otro lado, la segunda implica estudios farmacológicos y neuroquímicos de sustancias psicodélicas (en colaboración con otros grupos de Facultad de Medicina, del Instituto Clemente Estable y de la Universidad de Columbia en USA).
En lo que respecta a la primera línea mencionada, los principales objetivos sintéticos son pequeñas moléculas orgánicas capaces de promover procesos de neuroplasticidad en el tejido nervioso mediante el aumento de la expresión de proteínas denominadas factores neurotróficos. Actualmente existen hipótesis que relacionan el déficit en la expresión de estos factores con patologías neurodegenerativas (como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson); trastornos depresivos y de ansiedad, y la adicción a sustancias de abuso. En especial nos hemos enfocado en la preparación y desarrollo sintético de análogos de sustancias psicodélicas, en especial de ibogaina, psilocibina y otras triptaminas y feniletilaminas. Esta línea de investigación se desarrolla principalmente en el Laboratorio de Síntesis Orgánica (LSO) del DQO. Los ensayos biológicos de los compuestos preparados se realizan en colaboración con el Prof. Dalibor Sames (Columbia University - NYC). Actualmente se está instalando, en conjunto con otros grupos de la Facultad de Química, un Laboratorio de Cultivo de Células Animales para poder realizar los ensayos en la propia institución.
La segunda línea de investigación ha permitido profundizar en la farmacología del psicodélico ibogaína y su metabolito noribogaína mediante colaboraciones con el Dr. Pablo Torterolo y Dra. Patricia Cassina (Facultad de Medicina) y Dra. Cecilia Scorza (IIBCE). A su vez, en conjunto con el Dr. Ismael Apud (Facultad de Psicología) y el Dr. Juan Scuro (Facultad de Humanidades) se está llevando a cabo un proyecto sobre la composición química de la ayahuasca (decocción de variedades vegetales que contiene alcaloides psicodélicos) consumida en nuestro país, y los efectos psicológicos producidos en usuarios de la misma. Por último también han comenzado un estudio en conjunto con la Facultad de Ciencias (Dra. Sandra Lupo, Laboratorio de Micología) para determinar el contenido de triptaminas psicoactivas en hongos agaricales que crecen en Uruguay.
Te invitamos a escuchar la próxima columna y conocer más sobre el potencial medicinal de las sustancias psicodélicas